Historia de MASIA DEL CADET
Los actuales propietarios y que habitan la Masia del Cadet, llamada antiguamente Masía Vieja del Cadet por su desuso, son Montse Corominas, hija de los fundadores Sra. Mercè Vidal y Joan Corominas, cuarta generación de hosteleros y Ruben Clota, hijo de Vinaixa y geólogo de profesión.
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Los padres de Montse Corominas adquirieron la masía por medio de herencia y llevaron a cabo las reformas integrales para poner al día sus interiores y exteriores de acuerdo con las necesidades modernas y con la sola finalidad de poner la masía dentro de su categoría de hotel – restaurante. Se inauguró el 13 de julio de 1989.
Aunque dicha masía haya sufrido las reformas necesarias, sus propietarios tuvieron la sensibilidad de conservar la estructura de su fachada y conservar y limpiar la piedra clave de las dovelas del arco del portal de entrada a la masía donde se hay grabó la inscripción «Pere Joan Vidal – 1763». Recordemos que el siglo XVIII es el de máxima construcción de masías en Cataluña.
Aquí se nos presenta un caso muy curioso, sobre los propietarios de esta masía, que desde tiempo inmemorial fue una vivienda para vivir los que hacían funcionar el horno tejas y de obra tocando casi a la misma masía y que actualmente es propiedad aparte.
Si retrocedemos hacia la segunda mitad del siglo XVI nos encontramos con que esta última propiedad era llamada el horno tejas de. Llorenç Miró, una familia hoy casi desaparecida en la población de L’Espluga de Francolí, llamada popularmente por el apodo de «Cal Blanco», que en este mismo siglo tenía una casa en la calle del agua, que por detrás afrontaba con la Sequieta . Fue una familia muy vinculada a la población de la Espluga, y que a su tiempo fueron importantes propietarios; pero esta familia nos aparece como tejeros, un tiempo u otro, por ahora no se sabe por qué medio, si fue por venta o por medio de la boda de una heredera …. El caso es que en esta masía, ya la construyó un Vidal, como consta en la piedra clave de su portal.
Dando un vistazo al S. XVIII, que es la fecha que nos don dicha piedra, nos aparecen las siguientes personas: Pere Joan Vidal «Teuler» casado con Anna Callau y Fortín, muerta el 31 de agosto de 1793; seguidamente, Joan Vidal y Callau, hijo del anterior casta con María Oliva de Figuerola del Camp el 26 de enero de 1792, y que vivían en la Masía del cadet- dice la notable; estos nombres coinciden, con lo que este grabado en dicha piedra, que podría ser que el constructor de la masía fuera el primero que nos ha salido de los Vidal. Después siguen los siguientes personajes de tejeros: Manuel Vidal y Callau, hermano del anterior, casado con Raimunda Jové y Segura de Montblanc el 4 de abril de 1793.
En esta familia se ve que los horno les iba bien, ya que también adquirieron propiedades en el pueblo, de que al paso de los años se fueron desprendiendo, hasta hace pocos años que todavía conservaban en la calle Anselm Clavé.
Otro caso excepcional se dio a principios del presente siglo, y en fecha del 31 de mayo de 1902, que José Vidal y Cullell (hijo de José Vidal y Poblet y de Serafina Cullell) se casaba con la doncella Merced Micó y Martín (de Hay Blanco). Ahora vemos como vuelve a dicha masía el apellido Micó, un caso como pocos se dan. Esta chica era hija de los consortes Juan Micó y Rosalía Martín de Altafulla. Aquel matrimonio dio el fruto de 4 hijos: José Vidal y Micó, María, la Serafina y la Merced.
Josep Vidal y Micó contrajo matrimonio con la doncella Joana Borrás Gili, que dieron fruto a dos hijos: Maria Mercè Vidal Borràs y Josep Maria Vidal Borràs.
Josep M ª y su mujer regentan el actual Hotel Monasterio (durante muchos años Hotel Del Centro) y la Merced, por herencia la Masía Vieja del Cadet. Aquí nos encontramos con dos hermanos que heredaron de los padres los edificios, aptos para tener un cierto número de inquilinos de veraneo. El edificio de mayores dimensiones es el hotel Monasterio, fundado en 1881 por José Vidal y Poblet, cuando fueron unos años de euforia de obras por aquel lugar, llamado Las Masías, ya que dicho propietario también posee aún una fuente ferruginosa, llamada la fuente del Mico.
La chica, María Merce, regentó durante 22 años la Masia del Cadet como hotel y coma restaurante, de forma muy eficaz, ganándose diplomas de mérito Turístico y todo tipo de reconocimientos a su obra culinaria. En 1992 editó un libro «La cocina de las Masies de Poblet», actualmente agotado con bastante éxito, y actualmente vive la paz de la jubilación a pocos metros de la Masia.
He aquí un programa de cocina datado el año 1987, en el que Maria Mercè muestra como hacer una de las recetas más famosas de su repertorio.
Origen del nombre «DEL CADET»
Es de vital importancia dar a conocer el porque esta vieja masía tomó el apodo «del cadete», por lo que tenemos que retroceder a principios del s. XIX, durante la Guerra del Francés (1808-1813). Durante este periodo, la Junta Superior de Cataluña, iba en busca de lugares seguros, y el 3 de mayo de 1809, se estableció en Poblet, que fue escogido por su situación central en Cataluña y porque tenía una buena situación sanitaria , ya que en algunas ciudades catalanas había graves epidemias. La Junta fue en Poblet dentro el 30 de octubre de 1909 Este contacto físico con la Junta Superior con el Monasterio debería ser un factor decisivo en su elección para instalar una academia o colegio de cadetes de la ejército.
El colegio fue fundado en 1810, para formar la oficialidad que debía comandar el contingente de tropas del ejército defensor de Cataluña. Se instaló en los edificios exteriores de la clausura, junto a la capilla de Sta. Caterina. El personal superior y los profesores en hospedaron en el hostal del mismo monasterio. Este colegio fue suprimido en 1819.
Durante los nueve años de estancia en Poblet, la pasta para hacer el pan para todos la iban a cocer al horno de la Masía del Cadet, que aún se conserva restaurado; de ahí que la llevada masía tomó el apodo de Masía del Cadet.
Para saber más:
«RAÍCES»:
núm. 7 y n. 8; «Capbreu del Pedido de San Juan de Jerusalén, 1558»
Boletín de Estudios Locales, N. 18: «Los oficios de tejeros» por Josep Maria Calbet y Pere Vallribera